La Guardia Pretoriana…
Introducción
Esta orden de guerreros sin duda alguna contó con algunos de los más aptos y eficaces soldados de elite de la historia antigua. Irónicamente no son recordados por sus destrezas en el campo de batalla y heroicas victorias, sino que lo son por su nefasta corrupción y manipulación política. La Guardia Pretoriana está rodeada de un halo de presunciones y prejuicios que históricamente son parcialmente ciertos. Lo que empezó como una fuerza especial de protectores del Emperador y su familia, en si protectores de la Institución Imperial, nefastamente terminó convirtiéndose en uno de los mayores causales de la corrosión y deterioro de ésta misma. Tristemente los Pretorianos son célebres no por su sentido original sino por sus acciones posteriores. Producto del accionar de una fuerza corrupta y descontrolada que sentía ser omnipotente al punto de ser quien decidiera el rumbo del Imperio. Famosos son los episodios de Emperadores asesinados directa e indirectamente por la Guardia, y aun peor por los elegidos por la misma. Sin embargo los Pretorianos no siempre fueron un brazo de corrupción extrema, como veremos en éste artículo, hubo un tiempo, aunque muy breve, en que la Guardia realmente representaba los intereses de Roma.
Etimología
El significado etimológico de la palabra Pretoriano está muy ligado a Roma y su pasado. Durante las campañas militares el Comandante en Jefe de un ejército, como un General y muchas veces un Pretor, tenían su propia porción especial dentro del campamento o fuerte, denominado Praetorium -Pretorio en español-. Para evitar asesinatos de traidores o infiltrados enemigos éstos hombres escogían de entre sus filas a sus mejores soldados, quienes los protegerían de cualquier atentado. No solo tenían la función literal de la protección sino que también existía un condicionamiento psicológico en contra de cualquier atacante, o en el peor de los casos de un agitador. Solo alguien o muy valiente, o muy tonto, se atrevería a cometer un atentado en un area guardada por los hombres de elite. De esta manera se nos hace simple entender el significado de la denominación Guardia Pretoriana, nada más ni nada menos que: «guardias del comandante», o más semánticamente: protectores del recinto del comandante.
Origenes
Según el historiador Will Durant, en su trabajo Historia de las Civilizaciones, uno de los primeros registros escritos existentes de una guardia especial, cuya función fuera la de proteger al comandante y denominada Guardia del Pretorio, se da con Escipión. Marchando a Numancia con todo su ejército era a la vez escoltado por una Guardia de 500 hombres, «amigos» del comandante, que en realidad eran nada menos que una cohorte especial de guardaespaldas. Finalizada la campaña la cohorte especial se disuelve, pero la característica de ésta campaña se haría costumbre y ya sería la norma que cada comandante contara con una Guardia. Sin embargo esto no era algo muy extraño ni muy alejado; los mismos Extraordinarii, como su nombre lo indica soldados de elite, ya venían protegiendo comandantes desde hace mucho tiempo.
César, Pompeyo, Marco Antonio y todos los hombres de que participaron en la Guerra Civil, que tanto influenciaría a Augusto, poseían una Guardia propia de escoltas, incluso el mismo Augusto contaba con una. Es así, que tanto basado en la costumbre como en la necesidad de una protección no solo personal sino institucional, dado el tambaleante estado de la situación política Romana, Augusto crea formalmente una guardia especializada en el año 13 AC. Denominada Guardia Pretoriana su función sería la de proteger no solo al Emperador y su familia sino que también a las instituciones y los palacios gubernamentales.
Emplazamiento de las cohortes, cantidad de unidades y estructura
Infantería
Augusto dentro de su magnánima inteligencia y capacidad estratégica, algo de lo que carecieron los Emperadores posteriores que permitieron la degeneración de la Guardia, sabía que no debía por eliminar un mal menor crear un mal peor. Por esto cuando crea la Guardia se asegura de que ésta exista de una manera totalmente descentralizada, quitándole toda posibilidad de organización y poder de confabulación interno. Si bien la Guardia era la única fuerza militar permitida al Sur del Rubicon, ésta igualmente se encontraba fuertemente fragmentada. Según Suetonio sabemos que de las nueve legiones que la conformaban solo tres se encontraban en los alrededores de Roma; mientras que las seis restantes estaban distribuidas entre los pueblos circundantes de la Capital del Mundo. En un principio cada cohorte contaba con 500 hombres, sumando aproximadamente un total de 4 mil hombres. Poco tiempo después el número se subiría a 12 cohortes; pero volvería a 9 muy rápidamente ya que 3 cohortes serían transformadas en Vigiles, es decir cohortes urbanas de vigilantes que se transformarían en la primer fuerza policiaca de la historia. El número de las unidades por cohorte no permanecería estable tampoco, ya que de 500 hombres luego se incrementaría a casi unos mil. Debido a que es casi imposible saber la cantidad exacta de hombres que servían en cada cohorte, el siguiente cuadro no debe ser tomado como algo exacto. Sino como una aproximación muy cuidada de la cantidad posibles de hombres a lo largo de las épocas.
Caballería
Aparte de las unidades de infantería la Guardia Pretoriana estaba compuesta por un experimentado grupo de jinetes, los turmae. Al igual que los soldados éstos hombres eran elegidos de entre los mejores jinetes de las diferentes ramas del ejército Romano. Cada unidad de caballería estaba compuesta por 30 jinetes; y al igual que el número de infantería la cantidad de unidades por cada cohorte también fue variando a lo largo del tiempo. Con Augusto nos encontramos con 3 unidades, que posteriormente fueron incrementadas a 5, para terminar con 10 unidades por cohorte en el siglo 3 dc.
La Castra Praetoria
Como hemos anteriormente dicho, en un principio la Guardia estaba segmentada en diferentes cohortes distribuidas por toda Italia. Esto no era casual. Siendo Augusto un genio de la política sabía que no podía darle un poder verdadero a una fuerza armada tan formidable. Con la muerte de Augusto, el único Emperador que realmente tuvo control total sobre la Guardia, también muere la lealtad de ésta. El Prefecto Pretoriano Sejano, tras un manipuleo de intereses y presión política -no por nada Tácito se referiría a éste como: «Un pueblerino embustero»- logra convencer al Emperador Tiberio de reunir a todas las cohortes de la Guardia en un fuerte a las afueras de Roma, bajo la excusa de poder contar constantemente con las tropas a su disposición. La razón por la que Tiberio acepta es uno de los acontecimientos más bien documentados de la historia. Tiberio en ese momento se encontraba alejado del mundo de la política, y totalmente paranoico de las intenciones de sus rivales. Tiberio no era Augusto, ni siquiera podía llegar a ser la sombra de lo que éste fue, y los senadores y magistrados lo sabían bien. Este rechazo mutuo y la paranoia anteriormente mencionada lo llevaron a depositar su confianza en Sejano y a darle el visto bueno para construir la Castra. La aceptación de Tiberio hacia ésta propuesta fue un error mortal que le dio a los Pretorianos ese poder de organización propia, que Augusto tan inteligentemente había evitado cuando creó la Guardia.
Creada el año 23 dc e inaugurada la Castra se convierte en le campamento permanente de la Guardia. Se ubicaba estratégicamente en la más baja de las colinas de Roma -Collis Viminalis en Latín o Colina Viminalia en Español-. Sus dimensiones eran un poco más inferiores que las de un campamento estándar de una legión. Sin embargo estudios arqueológicos recientes demostraron que las barracas estaban compuestas por varios pisos, e incluso poseía asentamientos empotrados directamente en los muros. Razón por la que el número de hombres viviendo en ésta pudo ser muy superior al que a primera vista se puede asumir. Su tamaño y características fueron variando a lo largo del tiempo, y las diferentes capas del muro exterior que aun sobreviven son testigos mudos de las ampliaciones y modificaciones de la pared principal. Dentro de la más importante de estas modificaciones se encuentra la llevada a cabo por Aureliano en el 271 dc, quien otorgara múltiples implementaciones defensivas y un incremento considerable en la altura de los muros y las torres de defensa.
Modificaciones considerables por parte de los Emperadores
Elite de la elite, los Speculatores Augusti
Los Speculatores Augusti era la porción de la Guardia que estaba directamente protegiendo al emperador. Eran los que lo rodeaban y protegían a todo momento, y los encargados de su bienestar. Comandandos por un Centurión especial, el Centurio Speculatorum, caracterizado por ser el más prestigioso y mejor de todos los comandantes de campo. Una de sus características princípiales, a nivel insignias, era la utilización de unas caligae especiales.
Estructura de mando, rangos y requerimientos
Alto mando
En un principio eran comandados por tribunos del orden ecuestre quienes tenían la tarea de administrar una cohorte en particular. Si bien esto era acorde a los planes de Augusto, es decir de mantener a la Guardia lo más descentralizada posible, probó ser poco eficiente. Por lo que en el 2 ac Augusto divide el mando de la Guardia en dos Prefectos Pretorianos -Quintus Ostorius Scapulo y Salvius Aper-. Logrando así seguir manteniendo un nivel aceptable de descentralización pero a la vez un poder organizativo más eficaz a las necesidades del Emperador.
Ingreso
Los legionarios que deseaban ingresar a la guardia, y debemos decir que era muy dificil encontrar un legionario que no lo hiciera fervientemente, debian primero pasar una serie de rigurosos examenes diseñados especificamente para solo permitir la seleccion de los mejores hombres. Estos examenes consistian en diferentes pruebas fisicas y de destreza. Como es logico asumir no a todo el mundo estaba abierto el examen de ingreso, de lo contrario se hubiera desbordado. Para poder realizarlo primero debian contar con varias recomendaciones de oficiales superiores.
Rangos
Para sumarizar y hacer más entendible la división de rangos, separaremos en un cuadro sinóptico los diferentes puestos y características.
Cada aumento de rango no solo significaba un aumento en el sueldo del soldado, sino una ganancia a nivel prestigio que le daba un mayor status social.
Características y beneficios
Equipo
El equipo de batalla de la Guardia no era fundamentalmente diferente al de las legiones ordinarias. Es lógico, si tenemos en cuenta que en el campo de batalla la Guardia debía de adaptarse al sistema de batalla Romano. El cual se caracterizaba por su estructuración y eficiencia. Sin embargo un detalle destacable es la simbología Republicana que existía en sus armaduras de gala, esto debido a que Augusto trató bajo todos los medios de mostrar, ante la opinión pública, una transición extremadamente gradual en el cambio del tipo de gobierno Romano. Temía que si el pueblo sentía, definitivamente, la muerte de la República éste se alzaría. Razón suficiente para hacer ver, ante el pueblo, a su Guardia especial como una unidad republicana y no como un conjunto de fuerza militar Monárquica o Imperial.
Cuando el Guardia se encontraba custodiando a una figura importante, o un edificio del gobierno, en el recinto sagrado de la ciudad, donde estaba vetada la existencia de hombres armados, estos lo hacían silenciosamente. Vistiendo una toga o una doble túnica escondían sus Gladius entre sus ropas. así podían vigilar y custodiar armados a los personajes o edificios que residían en dicho recinto sin levantar una crítica muy amplia.
Sueldo y ganancias adicionales
Actualmente la cifra exacta está muy cuestionada, y es que es muy difícil realmente saber con exactitud cuánto percibían éstos soldados. Los datos más aceptados en la actualidad son los siguientes: Un pretoriano cobraba el doble que un legionario, algo que decididamente no le agradaba al común denominador del ejército. De aproximadamente 500 denarios de plata anuales en un principio, Augusto luego incrementaría esta cifra a 750 denarios anuales.
La particularidad del ejército Romano es que además de su sueldo los hombres contaban con las ganancias de los Donativos. Estos eran premios que se daban durante los triunfos o festejos, que generalmente representaban sumas muy altas, incluso superiores al sueldo de dos años. Los Pretorianos no eran ajenos a estos premios, y de hecho, recibían sus Donativos especiales, al punto que se les hizo un vicio. Cuando en el 51 ac se descubre una conspiración para asesinar a Tiberio, éste les otorga un Donativo de 1000 denarios por premio por su lealtad. Los pretorianos no olvidarían el «regalo» y comenzarían a hacer un deporte de cobrar Donativos por parte del Emperador. Tan extremo era el caso que en una oportunidad Claudio, quien fuera puesto por la Guardia misma, como premio les otorga el equivalente a 5 años de paga.
Servicio
Las ventajas que obtenía el pretoriano no eran solo económicas, originalmente el legionario servía por un lapso de 16 años antes de poder retirarse mientras que el Pretoriano solo debía cumplir con 12 años de servicio. En el año 5 dc el tiempo de servicio se aumenta para ambos, el legionario de aquí en más debía cumplir con 20 años de servicio y el pretoriano con 16 años para poder retirarse. Probablemente el servicio fue aumentado a 18 años con Séptimo Severo.
El Escorpión
Ya que fue Tiberio el que, con la fundación de la Castra Pretoriana, les otorgó un poder enorme, la Guardia lo honraría tomando como estandarte su símbolo zodiacal, el escorpión.
Corrupción y excesos
A lo largo de éste articulo hemos citado los causales que llevaron a la Guardia a convertirse en una fuerza tan poderosa que tuvo a merced a varios emperadores y políticos Romanos. Incluso instauraron dictaduras militares o vendieron el Imperio al mejor postor; sin olvidarnos de los macabros y nefastos Delatores, quienes tras luego de una denuncia de «traición» podían asesinar una familiar patricia y repartir sus bienes. Sejano, poniendo la excusa de que hombres leales a Germánico querían destronar a Tiberio, se valdría de éstos Delatores para saquear y robar a las familias más ricas de Roma bajo falsas acusaciones de traición.
No exageramos al decir que tenían las riedas de la política Romana, era normal la caída y subida de emperadores de acuerdo con la agenda de los intereses de la Guardia, incluso a sus mismos Prefectos que no aceptaban los excesos los hacían pasar por la espada. El siguiente cuadro citará a muy grandes rasgos el accionar de la Guardia en la política Romana.
Emperadores Asesinados y desterrados por la guardia
Emperadores elevados por la Guardia.
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